Andrea tira piedras en el pequeño
estanque, una a una para llenar su corazón de deseos; no las tira con la
intención de pedir algo, si no para recuperar la ilusión y saber renovar el
deseo… esperar.
Cuando las arroja su rostro se
distorsiona al contacto de la piedra con el agua; es como ver la imagen de su
futura vejez.
Mientras está allí de pie a sus escasos diez años se pregunta por qué no fluye la sangre.
Mientras está allí de pie a sus escasos diez años se pregunta por qué no fluye la sangre.
Había dejado las muñecas a
temprana edad y estaba obsesionada con ser médica y salvar el mundo.
Pero esa tarde mientras jugaba en
el parque con sus compañeras, sus ojos se posaron en el estanque y recordó las
palabras de su abuela… La historia de los deseo. No tenía monedas, así que tomo
entre sus manos diez piedras del suelo, una por cada año de vida, y retomando
la ilusión en el corazón. Se poso frente al estanque alzo su mano, tirándolas
una a una, muy despacio, hasta completar su edad.
Nada de deseos, solo ilusión de sentir
de nuevo que es tener el corazón de niña.
Luisa Fernanda Vanegas S.
(Colombia)
22 de marzo de 2012
Código: 1203231358554